Una casa de ensueño convertida en pesadilla

David Drew, de 63 años, gastó £1,2 millones en construir ladrillo a ladrillo la casa de sus sueños en una zona rural.Berkshire, Reino Unido. Compró una parcela de dos acres, pasó años diseñando, obteniendo aprobaciones y supervisando la construcción. Finalmente, se completó una villa independiente de cinco dormitorios.
Al principio todo parecía perfecto.
Una carta impactante del Consejo

Apenas tres semanas después de su finalización, David recibió una carta del ayuntamiento local. El mensaje era claro: había que demoler la casa.
¿La razón? El edificio se había desviado 10 metros de la distribución prevista.

No estaba invadiendo las tierras de los vecinos ni la propiedad pública. Simplemente se había movido 10 metros hacia la izquierda en su propio terreno.
David explicó el motivo: el diseño original no permitía que los vehículos llegaran a la entrada principal. Ajustó ligeramente la posición para que el camino de entrada fuera funcional.
Para él, fue una modificación razonable. Para el consejo, fue una “grave violación de la planificación”.

Complicaciones adicionales
Durante la construcción, David había construido una pequeña cabaña temporal en el terreno para vivir. El consejo argumentó que esto no era un simple cobertizo; contaba como segunda vivienda. Las segundas viviendas requieren un permiso de construcción independiente.
Estas dos cuestiones desencadenaron una acusación casi inaudita: laImpuesto sobre infraestructura comunitaria(CIL).
CIL suele estar dirigido a desarrolladores. Se cobra en función del área de construcción para financiar carreteras, parques e instalaciones públicas. Los propietarios de viviendas autoconstruidas pueden solicitar una exención total. De hecho, David había obtenido una aprobación de “tasa cero” antes de comenzar la construcción.
Cuando no se aplican las exenciones
El problema: las exenciones CIL no se aplican retroactivamente. Una vez que el ayuntamiento consideró que la casa estaba construida en la posición incorrecta, se anuló cualquier exención previa.
Cuando llegó la factura, David recordó vívidamente el número:292.174,11 £—casi 300.000 libras esterlinas. Esto no fue una multa; era un impuesto legal.
Durante un año vivió con miedo. El aviso de ejecución inicial decía claramente que si su apelación fracasaba, la casa debía ser demolida.
Afortunadamente, su apelación tuvo éxito. No fue necesario derribar la casa.
Sin embargo, todavía había que pagar la factura del CIL.

Tensión financiera y venta de la casa
Al no poder pagar el monto total de una vez, David optó por pagar a plazos. Paga £2.311 mensuales. A pesar del acuerdo, la presión financiera es fuerte. Cada mes es una lucha.
Al final, David decidió vender la casa.
Hoy en día, la casa sigue en pie en la campiña de Berkshire. El césped está impecable, el camino de entrada es espacioso y limpio. Todo parece perfecto.
¿La diferencia? El propietario ya no puede permitirse el coste de un desvío de planificación de 10 metros.
