Algunas personas parecen resistirse al agua como si contuviera veneno.
Otros toman sus botellas de agua y beben litros, comenzando con 3 litros por día, hasta que sus cuerpos se hidratan en exceso.
Ambos extremos no son ideales. Aunque beber agua es un tema común, hay muchos detalles sutiles que la gente pasa fácilmente por alto.
Aquí hay 7 conceptos erróneos comunes sobre el agua potable. ¿De cuántos de ellos eres culpable?
Mito 1: debes beber 8 vasos de agua al día
Una de las creencias sobre la salud más arraigadas es la de los “8 vasos de agua al día”. Este número se utiliza a menudo como un objetivo rígido para la salud, sin tener en cuenta el tamaño del vaso.
En realidad, según los estándares internacionales, un vaso normalmente equivale a 250 ml, es decir, 8 vasos equivalen a 2 litros. Sin embargo, esta cantidad es demasiado para la mayoría de las personas, especialmente las mujeres.
En 2022, un equipo de casi 100 investigadores internacionales, en colaboración con la Academia de Ciencias de China, publicó en la prestigiosa revista una fórmula sobre el recambio diario de agua en humanos.Ciencia, confirmando que la afirmación de “8 vasos de agua al día” no es exacta.
La cantidad de agua que necesita varía de persona a persona, y factores como las diferencias metabólicas, el género, la edad, la actividad física, el tamaño corporal, el clima e incluso el estilo de vida influyen en la cantidad de agua que necesita una persona.
Por ejemplo, para un hombre de 20 años que pesa 70 kg y que vive en un entorno similar al nuestro, la ingesta diaria de agua es de aproximadamente 1,3 litros. Para una mujer de 20 años que pesa 60 kg en las mismas condiciones, la ingesta es de aproximadamente 1,15 litros.
¿No está esto por debajo del estándar de 8 vasos?
De hecho, según cálculos aproximados, las mujeres suelen necesitar entre 1,1 y 1,5 litros y los hombres entre 1,2 y 1,9 litros. Eso significa que muy pocas personas necesitan los 2 litros completos.
Por supuesto, la actividad física, el peso corporal o vivir a gran altura pueden aumentar las necesidades de agua.
Por lo tanto, no es necesario que te obligues a ti mismo ni a los demás a beber 8 vasos de agua, ni que te sientas ansioso si no has alcanzado ese objetivo. La vida ya tiene bastante de qué preocuparse, ¿no?
Mito 2: Cuanta más agua bebas, mejor
Mucha gente piensa que beber más agua nunca hace daño. Incluso hay blogueros extranjeros que prueban beber 3 litros de agua al día, con resultados “sorprendentes”, afirmando que su piel es más joven, casi como un procedimiento cosmético.
Sin embargo, una nueva investigación tiene una nota de advertencia sobre esta tendencia.
Un estudio reciente en el que participaron más de 60.000 participantes reveló un hallazgo importante: beber agua no es mejor cuando se bebe más.
Existe una relación en forma de L entre la ingesta de agua y la mortalidad: aumentar la ingesta de agua es beneficioso para la salud dentro de un cierto rango, pero una vez que se supera un umbral, los beneficios ya no aumentan e incluso podrían plantear riesgos potenciales.
Específicamente, cuando el recambio de agua está entre 3.000 y 3.300 ml/día para las mujeres y entre 3.500 y 3.700 ml/día para los hombres, el riesgo de mortalidad es el más bajo. (Recambio de agua ≠ ingesta de agua)
Convertido a ingesta diaria de agua, esto es aproximadamente 1275-1400 ml para las mujeres y 1490-1570 ml para los hombres.
Recuerde, estos números son sólo una referencia aproximada, no reglas estrictas. Incluso si bebe un poco más, no entre en pánico: el estudio aún se encuentra en sus primeras etapas y hay factores mixtos en juego.
Más importante aún, nos recuerda que beber agua con moderación es suficiente. No crea ciegamente en los beneficios de beber más agua, ya que podría imponerle cargas innecesarias a su salud.
Mito 3: Beba agua sólo cuando tenga sed
Según el “Informe de la encuesta sobre concienciación sobre el agua y la calidad de vida en China”, alrededor del 66% de las personas sólo beben agua cuando tienen sed.
Algunas personas piensan que la sed es la forma que tiene el cuerpo de decirles que necesitan agua, entonces, ¿por qué beberla si no tienen sed?
De hecho, la sed ya es una señal de que su cuerpo está en estado de deshidratación, lo que significa que ha estado funcionando en un estado deshidratado durante un tiempo, lo que podría provocar posibles “daños”.
Además de la sed, síntomas como estreñimiento, piel seca y fatiga también podrían indicar deshidratación.
Las “Pautas dietéticas de China (2022)” recomiendan beber agua de forma proactiva cada 1 o 2 horas, unos 200 ml cada vez. Trate de mantener su cuerpo en un “estado óptimo de hidratación” y evite depender únicamente de las señales de su cuerpo.
Mito 4: Beba agua salada por la mañana
En algún momento, beber un vaso de agua salada diluida por la mañana se comercializó como un refinado hábito de salud.
Sin embargo, después de toda una noche de metabolismo, los niveles de sodio de tu cuerpo ya son bastante altos, y lo que necesitas es agua para diluirlo. Beber agua salada inmediatamente después de despertarse es como “nivelar el campo de juego” con su cuerpo.
Para las personas que siguen una dieta normal, no es necesario añadir deliberadamente sal de ninguna forma. La mayoría de la gente ya consume demasiada sal.
Especialmente para aquellos con enfermedades crónicas como presión arterial alta o diabetes, el consumo adicional de sal puede empeorar las cosas.
El agua salada sólo debe consumirse en situaciones específicas, como después de una diarrea, en épocas de calor o después de una sudoración intensa, para ayudar a restablecer el equilibrio de líquidos.
Beber agua al despertar es fantástico, pero no es necesario el agua salada.
Mito 5: Sustituir el agua por bebidas sin azúcar
A algunas personas no les gusta beber agua corriente y la reemplazan con bebidas. Si las bebidas azucaradas son dañinas, ¿no resuelve el problema elegir bebidas sin azúcar?
Si bien beber bebidas sin azúcar de vez en cuando no es un gran problema, la cosa es diferente cuando reemplazan el agua.
Aunque los edulcorantes artificiales generalmente se consideran seguros, consumir grandes cantidades puede tener posibles efectos negativos para la salud. Sin mencionar que muchas bebidas contienen otros ingredientes nocivos para la salud.
Si el agua corriente le parece demasiado blanda, intente agregar té, limón o menta para hacerla más interesante.
Mito 6: Beba más agua caliente
“Bebe más agua caliente” es una de las frases de consuelo más utilizadas en todos los grupos de edad.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha clasificado las bebidas a más de 65 °C como carcinógenos de clase 2A, ya que aumentan el riesgo de cáncer de esófago.
Algunas personas disfrutan la sensación de “quemar la boca y calentar el estómago”, pero si bien puede resultar reconfortante, el esófago no puede tolerarla.
La superficie del esófago está revestida por delicadas membranas mucosas y la temperatura de los alimentos y bebidas tiene un impacto significativo. La temperatura ideal para beber agua es entre 10 y 40°C. Debe sentirse tibio en la boca, en su punto perfecto.
Mito 7: No beba agua mientras hace ejercicio
A algunas personas les preocupa que beber agua durante el ejercicio haga que su estómago borbotee y provoque hinchazón, por lo que prefieren hacer ejercicio en un estado “deshidratado”. Esta preocupación es innecesaria.
Siempre y cuando no te bebas una botella entera de una vez, beber con moderación está perfectamente bien. No sobrecargará tu estómago y te ayudará a mantener el máximo rendimiento durante el ejercicio.
La deshidratación puede ser un peligro oculto, especialmente en condiciones de calor o cuando se suda mucho.
Si realiza ejercicio de larga duración o de alta intensidad, es necesario complementar con carbohidratos y electrolitos para mantener los niveles de energía y evitar el desequilibrio electrolítico debido únicamente a la ingesta excesiva de agua.
La estrategia de beber para hacer ejercicio es: oportuna, en pequeñas cantidades y varias veces.
Las “Pautas dietéticas de China (2022)” recomiendan beber entre 100 y 200 ml de agua antes, durante y después del ejercicio, para prevenir la deshidratación reponiéndola de manera oportuna y medida.
Mito 8: Beber agua toda de una vez
¿Alguna vez te animaron a beber grandes cantidades de agua cuando eras más joven y alguien aprobaba alegremente tu comportamiento?
Sin embargo, beber agua en grandes cantidades de una vez no es una buena idea y podría alterar el equilibrio metabólico del cuerpo.
Beber mucha agua a la vez puede diluir la sangre y provocar una caída en la osmolalidad del plasma sanguíneo. Este cambio podría alterar el delicado equilibrio de líquidos en los ojos y aumentar la presión ocular.
Beber agua no es una sesión de “aprendizaje”. Es mejor beber pequeñas cantidades con el tiempo, para permitir que el cuerpo se mantenga en un estado de hidratación constante.