El 8 de diciembre de 2024, la Catedral de Notre-Dame, que ha sido sometida a cinco años de restauración, reabrió oficialmente al público.
La Catedral de Notre-Dame se encuentra en el corazón de París, Francia, en la Île de la Cité en el río Sena, frente al Ayuntamiento de París y al Louvre al otro lado del río. Es una arquitectura de iglesia cristiana gótica.
Esta estructura gótica, que ha resistido 860 años de historia, no solo es uno de los monumentos culturales más representativos de Francia y un sitio Patrimonio de la Humanidad, un hito de la literatura y la cultura europea, sino también un patrimonio cultural compartido por el cristianismo y toda la humanidad.
El 15 de abril de 2019, durante el mantenimiento, la Catedral de Notre-Dame fue alcanzada por un incendio, desgarrando los corazones de muchos. El daño causado por el fuego fue desgarrador.
Ahora, después de más de cinco años de reconstrucción intensiva, la Catedral de Notre-Dame finalmente reabre sus puertas al mundo. Ahora tenemos la oportunidad de presenciar el renacimiento de este gran edificio y sentir su encanto eterno a través de las vicisitudes de la historia.
La Tragedia del Fuego
El incendio en la Catedral de Notre-Dame ocurrió en una noche de primavera ordinaria. Inicialmente comenzó debido a una falla eléctrica dentro del edificio. Con el tiempo, las llamas se extendieron rápidamente y consumieron la magnífica iglesia gótica.
La icónica aguja de Notre-Dame se derrumbó entre las llamas rugientes, el techo de madera quedó casi completamente reducido a cenizas, colapsando junto con las bóvedas de piedra hacia la nave. Afortunadamente, la estructura principal de la catedral se conservó.
Los bomberos tardaron 15 horas en extinguir el incendio, pero Notre-Dame quedó en ruinas. Las personas que presenciaron esta tragedia estaban desconsoladas, reuniéndose frente a la catedral para orar en silencio por este símbolo de fe y cultura.
El presidente francés Emmanuel Macron, en su discurso tras el desastre, prometió reconstruir la catedral en cinco años. Las donaciones llegaron de todos los sectores. Según Reuters, más de 150 países donaron más de 846 millones de euros.
Como punto focal global, la restauración de Notre-Dame también generó diversas ideas y debates. Una organización lanzó una convocatoria global para presentaciones, recibiendo 226 propuestas innovadoras de arquitectos y diseñadores de 56 países.
Después de mucha discusión y negociación, el gobierno francés decidió que la restauración de Notre-Dame sería “fiel a la arquitectura original.”
Evaluación de Desastres y Limpieza de Escombros
La tarea principal después del incendio de Notre-Dame fue proteger la integridad estructural y evaluar los daños.
La limpieza y evaluación de daños de Notre-Dame incluyó muebles internos, esculturas, pinturas, y la limpieza de residuos tóxicos y fragmentos quemados dejados por el techo de plomo fundido.
Un equipo internacional de 15 disciplinas estuvo involucrado. Cada día, más de mil arquitectos, ingenieros, arqueólogos, científicos e historiadores del arte de primer nivel realizaron estudios detallados de los espacios interiores y exteriores de la catedral.
Los expertos estudiaron meticulosamente cada detalle de Notre-Dame, desde el tejado y la aguja hasta las paredes y las decoraciones internas, asegurándose de que todos los materiales y técnicas de restauración coincidieran con la estructura original para mantener la autenticidad histórica.
Restauración y Reconstrucción — Techo y Flecha
La reconstrucción del tejado y la estructura de madera de Notre-Dame fue una de las partes más desafiantes del proceso de restauración.
Por lo tanto, uno de los principales desafíos en la restauración fue la escasez de materiales de construcción. Según The Guardian, para mantener la consistencia histórica y la unidad estilística, la reconstrucción utilizó los mismos tipos de madera y soportes estructurales que el original.
Estos robles fueron transportados a 45 fábricas de procesamiento de madera en Francia para el corte y secado inicial. También se convocó a carpinteros expertos para utilizar “técnicas antiguas” con herramientas y artesanía tradicionales para el tallado manual.
La aguja de 96 metros de altura, la parte más icónica de Notre-Dame, fue completamente destruida en el incendio. La nueva aguja fue diseñada para replicar la original, utilizando la misma piedra y con planes de instalar una nueva cruz en su cima.
La veleta dorada en la cima del pináculo, diseñada por el arquitecto Philippe Villeneuve, simboliza el renacimiento de Notre-Dame. En su interior, un dispositivo sellado registra los nombres de quienes contribuyeron a la reconstrucción de Notre-Dame.
La reinstalación de la aguja no solo restaura la apariencia de la catedral, sino que también simboliza el renacimiento de este edificio histórico.
Restauración y Reconstrucción — Muros y Columnatas
Partes de las paredes interiores y columnas de la catedral se vieron afectadas por el humo y el calor del incendio, y requirieron una limpieza y restauración exhaustivas.
Para evitar dañar lo más posible las paredes y columnatas de piedra originales, este proceso fue muy meticuloso, requiriendo múltiples capas de limpieza para restaurarlas a su estado original.
No solo se eliminó el polvo generado por el fuego, sino también la mugre acumulada durante siglos. Ahora, las paredes de piedra caliza luteciana de color crema de Notre-Dame están renovadas, brillando junto a las bóvedas recién pintadas de ocre.
Notre-Dame es mundialmente conocida por sus hermosas vidrieras. Aunque la icónica ventana de rosa sobrevivió al incendio sin daños, el equipo profesional desmanteló las ventanas dañadas y las envió a estudios de vidrio en Francia y Alemania para su limpieza.
Aquí, los artesanos examinaron cada pieza de vidrio, reensamblando y reemplazando las partes dañadas para asegurar que las ventanas mantuvieran su estilo original. Para prevenir daños futuros, se agregarán cubiertas protectoras al reinstalar las ventanas para protegerlas del impacto ambiental.
Restauración y Reconstrucción — Suelos y Techos
Los suelos interiores de la catedral están hechos de diversos materiales, incluyendo piedra y madera. Después del incendio, estos suelos no solo se vieron afectados por el humo, sino que también podrían haberse deformado por el daño causado por el agua.
Los grandes agujeros en el techo abovedado causados por el incendio ya no son visibles, con nuevas piedras cuidadosamente ensambladas. Los altos techos y los renovados grabados en piedra blanca borran los sombríos recuerdos del destructivo incendio de hace cinco años.
Todo ha sido restaurado: desde los frescos y los suelos a cuadros hasta las campanas que fueron retiradas del campanario, limpiadas del polvo de plomo y restauradas por la fundición de Normandía donde fueron originalmente fundidas. También se instalará un nuevo sistema de iluminación de alta tecnología para mejorar su apariencia.
Restauración y Reconstrucción — Altar y Estatuas
El altar, el lugar más sagrado de la iglesia, también fue dañado en cierta medida por el fuego. El altar restaurado abarca más de 200 metros cuadrados. El presbiterio está compuesto por una estructura metálica con 127 grandes escalones de piedra y 156 losas de mármol.
Las esculturas, pinturas y otras obras de arte originales del altar fueron cuidadosamente retiradas y enviadas a diversas instituciones profesionales para su restauración. Durante este proceso, los expertos intentaron preservar el estilo original mientras reparaban meticulosamente las partes dañadas.
La “Pietà”, una de las reliquias religiosas más importantes de Notre-Dame, sobrevivió al incendio y fue trasladada a Saint-Germain-l’Auxerrois para su protección y restauración. Fue devuelta a Notre-Dame el 15 de noviembre y reinstalada en su posición original.
El famoso órgano con 8,000 tubos, aunque no se quemó, quedó cubierto de polvo de plomo tóxico. Fue enviado a tres talleres de órganos en Corrèze, Hérault y Vaucluse para su desmontaje, limpieza, mantenimiento y reensamblaje.
Las 22 pinturas de los siglos XVII y XVIII dentro de Notre-Dame, junto con tapices y exquisitos tesoros artesanales, han sido meticulosamente restauradas por artesanos y artistas de diversas regiones, luciendo como nuevas.
Por ejemplo, la “Alfombra del Coro” utilizada para ceremonias, encargada en el siglo XIX por el rey Carlos X de Francia y el tapiz más grande de la historia francesa, fue cuidadosamente restaurada en la Manufactura de Gobelins.
Restauración y Reconstrucción — Tradición e Innovación
A lo largo de la historia, Notre-Dame ha mostrado la evolución de los estilos decorativos, con el arte y la arquitectura continuando a través del espacio. La gran cruz dorada del artista Marc Couturier es un buen ejemplo de la interacción entre el pasado y el futuro.
Esta cruz fue instalada en 1996, justo debajo de la “Piedad”, flanqueada por estatuas del siglo XVIII de Luis XIII y Luis XIV. La arquitectura medieval del siglo XII se encuentra detrás de este conjunto, dominándolos.
Mientras admiran los tesoros históricos, los visitantes de la restaurada Notre-Dame también pueden apreciar las obras innovadoras de artistas modernos. Los objetos litúrgicos diseñados por Guillaume Bardet incluyen la pila bautismal, el altar y la silla del obispo. El material de bronce transmite tanto nobleza como simplicidad, contrastando y complementando la estructura de piedra de la catedral.
Más de 1.500 sillas, bancos, reclinatorios y oratorios han sido dispuestos en el área de culto de la catedral. La madera de roble utilizada evoca el “bosque” del techo de la catedral, con respaldos más bajos que los hacen más cómodos y fomentan la contemplación.
Además, los elementos de la iglesia como la custodia, los cálices y los incensarios también han sido rediseñados y elaborados por diferentes artistas y artesanos franceses durante la restauración, combinando el simbolismo religioso tradicional con una estética moderna.
Notre-Dame también ha mejorado sus medidas de protección contra incendios, instalando un sistema de vigilancia eficiente, que incluye cámaras de imagen térmica y dispositivos de análisis de aspiración de aire, capaces de detectar incendios en tiempo real. Si se detectan anomalías, se activará automáticamente un sistema de niebla para extinguir el fuego.
Una Nueva Ruta Simbólica
La Catedral de Notre-Dame inicialmente tomó 170 años en construirse, desde la colocación de la primera piedra hasta la finalización de la estructura.
Durante los siguientes 860 años, este edificio ha evolucionado con el tiempo pero nunca ha sufrido una renovación completa. Ahora, la catedral restaurada brilla con una extraordinaria brillantez.
Para esto, se ha planificado una nueva ruta para los visitantes: entrando por el portal central del “Juicio Final”, los visitantes procederán en el sentido de las agujas del reloj, encontrándose primero con escenas del Antiguo Testamento y la vida de Jesús antes de llegar a las escenas de la Resurrección.
Esta ruta tiene un significado simbólico, guiando a cada visitante “de la oscuridad del norte a la luz del sur”.
La característica más destacada es la “Corona de Espinas”; esta reliquia preciosa, originalmente guardada en el tesoro, ahora se exhibe en un nuevo relicario diseñado por Sylvain Dubuisson, destacado en la capilla central.
Verás Notre-Dame como nunca antes. Esta ruta será un gran viaje de redescubrimiento, permitiendo a las personas entender el significado de la existencia de la catedral, dijo el obispo. “Porque Notre-Dame fue construida para la gloria de Dios.”
Esperanza y Fe
Ahora, con la reapertura de Notre-Dame, este lugar, descrito por los historiadores como “donde los siervos eran liberados, se celebraban festines, los pobres encontraban refugio, se hacían contratos y se daban regalos antes de un viaje”, vuelve a ser entregado al pueblo. El largo proceso de restauración tras el incendio ha sido un viaje lleno de desafíos y esperanza. Desde el grave daño causado por el fuego hasta su reapertura, muestra el espíritu indomable y la unidad de la humanidad frente a la adversidad.
Esto no es solo el renacimiento de un edificio, sino la elevación del espíritu cultural humano. En estos tiempos inciertos, miremos hacia adelante para que esta gran catedral vuelva a erigirse en las orillas del Sena, convirtiéndose en un nuevo símbolo de esperanza y fe.