La mayoría de las frutas son amadas por sus sabores dulces, jugosos y aromáticos, convirtiéndose en favoritas del paladar. Sin embargo, entre la colorida variedad de frutas, hay algunos “raros” únicos que desafían las papilas gustativas con sus texturas y aromas distintivos, a menudo dejando incluso a los catadores más valientes frunciendo el ceño y negando con la cabeza.
Hoy, desvelemos el misterio detrás de estas seis frutas controvertidas en China y veamos por qué hacen que muchos comensales retrocedan y exclamen: “¡No las soporto en absoluto!”
Primero: Aguacate
El aguacate tiene una textura única; cuando está maduro, es denso como la mantequilla con un leve sabor a aceite vegetal. El sabor inicial puede parecer insípido, incluso ligeramente astringente y grasoso, lo que puede ser difícil de aceptar para algunos.
Puedes cortar el aguacate en trozos pequeños y mezclarlo con yogur para hacer una ensalada de yogur, utilizando la acidez dulce del yogur para equilibrar la grasa del aguacate; también se puede añadir a los sándwiches para aumentar su riqueza y saciedad; o mezclarlo con leche para hacer un batido, haciendo la textura más suave y refinada, aunque el sabor único del aguacate sigue siendo bastante marcado.
Segundo: Fruta de huevo
La fruta huevo tiene una textura polvorienta y pegajosa, no es muy dulce, con un sabor suave que recuerda a la yema de huevo. Es algo seca y carece de la jugosidad y frescura de las frutas típicas.
Haz té de fruta huevo mezclándolo con la fragancia de las hojas de té, lo que puede mejorar su sabor único hasta cierto punto; úsalo como mermelada en pan para añadir un sabor diferente; o utilízalo para hacer un pastel de fruta huevo, dándole al pastel un sabor único. Sin embargo, el sabor distintivo de la fruta huevo seguirá siendo evidente en estas preparaciones.
Tercero: Kiwano (Melón con cuernos)
El kiwano tiene una pulpa gelatinosa con muchas semillas, un sabor muy suave con casi nada de dulzura, una textura acuosa pero ligeramente viscosa, y un sabor crudo y herbáceo que es bastante único para el paladar.
Puedes cortar el kiwano por la mitad, sacar la pulpa y comerla con miel, donde la dulzura de la miel puede enmascarar un poco la insipidez de la fruta; cortarlo en trozos para ensaladas de frutas para enriquecer la textura; o en algunas regiones, se come con salsa picante, donde el sabor picante se entrelaza con el sabor crudo del kiwano, creando una experiencia de sabor diferente.
Cuarto: Fruta de Ginseng
La fruta de ginseng es crujiente y jugosa, pero tiene un sabor suave con poca dulzura, llevando un leve aroma que recuerda a una mezcla entre pepino y melón, careciendo de la rica frutosidad.
Fríelo con cerdo, permitiendo que el fruto del ginseng absorba el sabor de la carne y las especias para un sabor más rico; o cómelo frío, marinado con azúcar, vinagre y otros condimentos para realzar su perfil de sabor, aunque su sabor suave sigue siendo evidente.
Quinto: Fruta de serpiente
La fruta serpiente tiene una piel dura y escamosa, con una pulpa blanco-amarillenta que es crujiente y agridulce, pero tiene un aroma fuerte y penetrante similar a una mezcla de durián y yaca, que algunos encuentran demasiado abrumador para disfrutar.
Convertido en fruta confitada o enlatado, su olor único se reduce y la textura se vuelve más suave y dulce; también puede ser encurtido, cambiando sus sabores originales crudos y pungentes; en algunos platos del Sudeste Asiático, se combina con otros ingredientes para añadir un sabor único, pero sigue siendo un desafío para quienes no soportan su aroma.
Sexto: Fruta de la mano de Buda
La fruta Mano de Buda tiene una pulpa suave, semi-transparente con una textura fina, alta dulzura, pero lleva un aroma distintivo, algo así como un caqui demasiado maduro mezclado con un leve olor a leche, lo que podría no ser del agrado de todos.
Hazlo en mermelada para untar en pan o combínalo con postres para resaltar mejor sus cualidades dulces y aromáticas; cuando se come frío, agrega jugo de limón, azúcar y otros condimentos para mejorar su aroma único y realzar la textura; o cocínalo al vapor antes de comer, donde el fruto de la mano de Buda se vuelve más suave y su aroma cambia, aunque el sabor único persiste.