La lactancia materna es sin duda la opción más natural y óptima para alimentar a tu bebé. Sin embargo, existen muchos malentendidos y trampas que la rodean. Hoy, discutiremos algunos mitos comunes sobre la lactancia materna, especialmente el tercero, que es una gran trampa para las nuevas madres.
Mito 1: Preocuparse por la baja producción de leche y el miedo de que el bebé no esté satisfecho
Muchas nuevas madres tienen esta preocupación: “Mi bebé no deja de llorar. ¿No es suficiente mi leche?” Algunas incluso llegan a beber cantidades excesivas de sopa o comer alimentos que promueven la lactancia durante su período posparto, temiendo que su bebé pase hambre.
Pero, ¿sabías que el estómago de un recién nacido es mucho más pequeño de lo que piensas?
La investigación muestra que al nacer, el estómago de un recién nacido tiene el tamaño de una canica y solo puede contener entre 5 y 7 ml de líquido. Por lo tanto, si tu bebé parece querer amamantarse con frecuencia, no necesariamente significa que tenga hambre; podría ser simplemente porque necesita más consuelo y cercanía física.
La relación de oferta y demanda de la leche materna es dinámica. Mientras el bebé amamante regularmente, la producción de leche aumentará en consecuencia.
Cómo saber si tu bebé está lleno:
- 6-8 pañales mojados al día generalmente indican que tu bebé está recibiendo suficiente.
- Si el peso de tu bebé está aumentando constantemente, está recibiendo suficiente nutrición.
- Después de amamantar, tu bebé debería sentirse tranquilo y relajado, no inquieto ni llorando.
Así que, no te preocupes ciegamente por tener leche insuficiente. ¡Mientras sigas con la lactancia materna, la mayoría de las madres pueden satisfacer las necesidades de su bebé!
Mito 2: Las madres que amamantan no pueden comer ciertos alimentos
Algunos familiares podrían decirte: “¡No comas mariscos, huevos ni carne de res, podrían hacer que tu bebé sea alérgico!” Estas afirmaciones pueden ser aterradoras, pero no están respaldadas por la ciencia. Como madre que amamanta, todo lo que necesitas hacer es mantener una dieta equilibrada, sin restricciones alimenticias innecesarias.
Evitar en exceso ciertos alimentos puede interferir realmente con tu ingesta nutricional y reducir la calidad de tu leche. Algunos bebés pueden mostrar sensibilidad a ciertos alimentos que sus madres consumen, como experimentar gases o eczema. Sin embargo, esto es raro y debe abordarse caso por caso, no mediante restricciones alimenticias generalizadas.
Los estudios han demostrado que las proteínas traza de alimentos en la leche materna generalmente no causan alergias y, de hecho, pueden fortalecer el sistema inmunológico del bebé. En otras palabras, ¡una dieta variada y nutritiva para la madre significa una nutrición más completa para el bebé!
Aún puedes disfrutar del café con moderación, y mientras no bebas en exceso o consumas alcohol, la calidad de tu leche no se verá afectada. Una madre feliz produce mejor leche.
Por supuesto, si su bebé ha sido diagnosticado con una alergia a las proteínas, puede ajustar su dieta reduciendo los productos lácteos o el marisco. La buena noticia es que la mayoría de los bebés superan las alergias alimentarias a los tres años, así que no hay necesidad de estresarse.
Consejos de dieta para la lactancia:
- Asegúrate de comer granos, proteínas, frutas y verduras.
- Observa si tu bebé reacciona de manera inusual a ciertos alimentos, como diarrea o eccema, y ajusta en consecuencia.
- El agua es una parte esencial de la leche materna. Asegúrate de beber entre 2000 y 2500 ml de agua al día.
- ¡Una mamá feliz significa un bebé más saludable!
Mito 3: Las grietas en los pezones son normales—”Solo hay que soportarlo”
¡Esta es una de las trampas más grandes en las que caen las nuevas madres! Cuando comienzas a amamantar, es normal sentir algo de incomodidad, pero si tienes pezones agrietados con dolor intenso, ¡eso no es normal!
Las grietas en los pezones suelen ser causadas por una mala succión o una postura incorrecta durante la lactancia. Estudios han demostrado que los pezones agrietados no solo causan dolor, sino que también pueden llevar a infecciones bacterianas, afectando la sostenibilidad a largo plazo de la lactancia. ¡Por lo tanto, soportar el dolor no es la solución!
Cómo Prevenir y Tratar las Grietas en los Pezones:
- Asegúrate de que tu bebé esté bien sujeto tanto al pezón como a la areola, no solo al pezón.
- Evita la fricción excesiva en un lado del pezón.
- Aplica crema de lanolina pura después de amamantar para ayudar a calmar y sanar los pezones agrietados.
Mito 4: Las botellas son más convenientes que la lactancia materna
Aunque las botellas pueden parecer más convenientes, introducir una botella demasiado temprano puede llevar a la “confusión de pezones”. ¿Qué significa esto? La acción de succión requerida para una botella es completamente diferente de la de la lactancia materna, y tu bebé podría preferir la “más fácil” botella y negarse a amamantar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Las investigaciones muestran que si es necesario alimentar de forma mixta por alguna razón, es mejor usar una taza o una cuchara en lugar de un biberón.
Por lo tanto, intenta retrasar la introducción del biberón hasta que la lactancia materna esté bien establecida.
Mito 5: Cuanto más tiempo amamante el bebé, más nutrición recibe.
Es posible que hayas oído que “cuanto más tiempo amamanta el bebé, más nutrientes absorbe”. ¡Pero eso no es cierto!
La eficiencia de succión de cada bebé es diferente. Algunos bebés se llenan después de solo unos minutos, mientras que otros podrían necesitar más tiempo. Estudios científicos muestran que un bebé generalmente se alimenta de manera más eficiente en los primeros 10-15 minutos, después de lo cual la lactancia se convierte más en una cuestión de confort que de nutrición.
Si tu bebé sigue amamantando hasta que tus pezones duelan, podría ser un signo de una mala posición de agarre o un problema con los hábitos de succión de tu bebé.
Cómo Controlar el Tiempo de Enfermería Científicamente:
- Si la deglución se ralentiza, significa que el bebé probablemente está lleno.
- Después de amamantar, su bebé podría seguir chupando por consuelo. Puede sustituir un chupete si es necesario.
- Respeta el ritmo natural de tu bebé. ¡Evita usar un temporizador al amamantar!
La lactancia materna puede ser un desafío, pero no hay tantas “reglas” como podría parecer. Al seguir la ciencia y evitar los mitos comunes, descubrirás que la lactancia se vuelve más fluida y natural, ¡y te sentirás como una supermamá para tu bebé!
Al entender y desmentir estos mitos, las nuevas madres pueden abordar la lactancia materna con más confianza y menos ansiedad, asegurando así un viaje más saludable y feliz tanto para la madre como para el niño.