Esta exquisitez ahora se conoce como “el queso más peligroso del mundo” y su venta es incluso ilegal.
Este es el infame “Casu marzu”, que literalmente se traduce como “queso de oveja podrido” (Queso Pecorino), un queso tradicional de leche de oveja de Cerdeña, famoso por contener larvas de mosca vivas.
Puede evocar algunas imágenes desagradables, pero este plato es muy buscado entre los italianos. Los locales lo llaman “Casu Marzu”, lo que suena mucho mejor…
El Sabor Único Otorgado por las Larvas
La elaboración del Casu marzu tiene una historia de miles de años en la región. A diferencia de los quesos fermentados de leche de vaca, el Casu marzu se hace con leche de oveja local, que tiene un mayor contenido de grasa, lo que resulta en un queso con un sabor a leche más rico.
Debido a que este queso está habitado por miles de gusanos vivos, no es para los débiles de corazón. A pesar de su apariencia inicialmente desagradable, que podría desencadenar una aversión fisiológica, los gusanos le dan al queso su textura y sabor únicos.
Para hacer Casu marzu, se comienza con una cáscara dura de queso de leche de oveja, omitiendo el proceso de fermentación clásico.
Con un cuchillo, cortas la parte superior del queso, creando una tapa, y luego desmoronas parte del interior para hacer un polvo de queso más suave, proporcionando el ambiente perfecto para que las moscas depositen sus huevos.
Esto atrae a una especie de mosca conocida como “moscas del queso” (Piophila casei) para que deposite sus huevos en él.
Los huevos se desarrollan gradualmente en larvas blancas y gordas, y sus enzimas digestivas producen ácido, promoviendo un tipo especial de fermentación que descompone las grasas del queso. Después de esta fermentación única, el queso se vuelve increíblemente suave y cremoso, con algo de líquido que se filtra.
Después de aproximadamente dos meses, podrás disfrutar de esta exquisitez. El queso te sorprenderá cuando pequeñas y adorables larvas salten desde su interior.
Las larvas son gusanos blanquecinos y translúcidos, de unos 8 milímetros de largo. Cuando se sienten molestadas, pueden saltar hasta 15 centímetros de altura. Puedes quitar las larvas antes de comer el queso, pero algunos comensales prefieren dejarlas.
Muchos sardos creen que este queso puede nutrir y vigorizar, pero en realidad es el sabor lo que la gente disfruta, gracias a la fermentación extra proporcionada por las larvas. Tiene un sabor picante cuando lo pruebas por primera vez, pero a medida que ese picante se desvanece, toda tu boca se envuelve en un rico aroma lácteo.
Los locales disfrutan de acompañar el Casu marzu con vino tinto casero de alta graduación, considerándolo un manjar celestial. Sin embargo, hay un precio por esta delicia; el fuerte olor de la fermentación permanece en tu boca durante varias horas.
También hay algunas reglas para comer Casu marzu. Debes pinchar las larvas con un tenedor; si no se mueven, significa que el queso ya no está fresco y no debe comerse.
La Prohibición del Queso
El queso con gusanos es tan extraño que casi parece un desafío para la fisiología humana. Aunque los locales afirman que es solo queso con carne, la combinación de gusanos blancos retorciéndose en el queso es una barrera difícil de superar.
Podrías preocuparte por la seguridad alimentaria, y de hecho, las autoridades de la UE han expresado inquietudes sobre la seguridad del Casu marzu y han prohibido estrictamente su venta.
La razón dada es que las larvas podrían no ser digeridas por el ácido estomacal y podrían entrar en los intestinos, lo que podría causar problemas digestivos. Aunque es raro, ha habido casos en los que las larvas han causado daños intestinales, llevando a vómitos, diarrea o incluso sangrado estomacal.
Sin embargo, los entusiastas de la comida no se preocupan mucho por estas inquietudes, creyendo que “tales gusanos pequeños no pueden causar problemas en los intestinos”. Esto provocó bastante revuelo en ese momento, con muchas personas saliendo a las calles para defender su “derecho a comer”.
El tribunal de la UE ignoró las protestas locales y continuó aplicando la prohibición, que solo prohíbe la venta y distribución de queso con gusanos, no su producción y consumo caseros.
Hasta el día de hoy, el queso con gusanos sigue siendo un favorito entre los sardos para ocasiones especiales como bodas y cumpleaños, y creen que la mejor manera de disfrutar este plato es no solo, sino en un ambiente grupal.
Un gran grupo de personas, disfrutando de vino tinto de alta graduación juntos, encuentran que cuanto más animados están los gusanos, más fresco está el queso y más felices están.
Aquellos con estómagos más débiles podrían optar por asfixiar a las larvas sellando el queso en una bolsa de plástico o congelándolas antes de comer, aunque la mayoría de los locales creen que esto afecta el sabor y la textura del queso.
Para ser honesto… el editor piensa que el hecho de poder meterlo en la boca ya es bastante valiente.