En los últimos días, la policía del Reino Unido ha anunciado el desmantelamiento de una organización de culto, lo que ha generado un amplio debate en internet.
A diferencia de los cultos habituales que lavan el cerebro mediante la religión, los miembros de este grupo se unieron voluntariamente, con el único propósito de “castrarse”.
Aunque en los últimos años las historias relacionadas con la castración han salido ocasionalmente en los titulares, la aparición de un seguimiento similar a un culto ha elevado el umbral de curiosidad entre los observadores. 
Un portavoz de la policía declaró: “Entre el 7 y el 10 de diciembre de 2021, la policía de Londres registró una residencia en Finsbury Park, arrestando a 7 miembros de la secta ‘Nullo’, con edades entre 30 y 60 años, quienes ya se habían cortado sus propios penes y se habían reunido allí para ver cómo otros pasaban por el procedimiento.”
El líder era un hombre noruego de 44 años conocido como “El Fabricante de Eunucos”, quien admitió haber castrado a docenas de hombres. Ahora ha sido arrestado bajo sospecha de conspiración y causar lesiones corporales graves. (Desde entonces ha sido liberado bajo fianza)
La organización de culto “Nullo” no es solo el nombre de este pequeño grupo; su nombre completo es “nulificación genital”, un término utilizado para aquellos que “se extirpan voluntariamente sus órganos sexuales”.
Según estadísticas incompletas, alrededor de 10,000 a 15,000 personas en todo el mundo buscan la castración, pero el número real sigue siendo un misterio.
El informe indica que este grupo está influenciado por subculturas, considerándose a sí mismos como “sin género”, independientes de las identidades masculina o femenina, predominantemente masculino. Optan por someterse a una cirugía voluntaria de remoción genital, deseando eliminar sus penes, pero no se consideran mujeres después de la cirugía.
Todos los días me despierto rezando para que mi pene desaparezca, pero todavía está ahí.
“Ni siquiera puedo empezar a decirte cuánto quiero deshacerme de estas partes innecesarias.”
Bajo el principio de la “castración voluntaria”, la comunidad Nullo ha sido durante mucho tiempo un grupo minoritario, hasta el punto de ser prácticamente invisible, hasta que este evento atrajo a un gran número de policías para arrestar a personas, lo cual se puede rastrear hasta el hombre noruego que lo organizó.
Hace muchos años, un hombre noruego se realizó una castración casera y su caso exitoso atrajo a muchos otros a buscar su ayuda.
Con años de “producción estable”, lo convirtió en un negocio, abriendo un estudio de cine para grabar los procedimientos y publicarlos en foros de la web oscura, cobrando por vista e incluso a veces transmitiendo en vivo.
Lo que es aún más absurdo es que para expandir su “fama”, hizo publicidad en Twitter…
(Captura de pantalla de otras cuentas; la cuenta del perpetrador ha sido eliminada)
Tal solicitud descarada naturalmente llamó la atención de la policía del Reino Unido, quienes, siguiendo numerosos indicios en línea, encontraron esta casa de streaming restringido y pasaron tres días buscando y recolectando evidencia.
Los vecinos estaban bastante sorprendidos por el alboroto, diciéndole a los medios, “La policía rodeó la casa durante días y se llevó computadoras de escritorio, laptops y otras cosas.”
Ahora que el caso ha sido publicitado, uno solo puede preguntarse qué estarán pensando los vecinos…
La policía no ha revelado mucho, pero a medida que el evento se difundía, grandes medios de comunicación como el Daily Mail, The Sun y The Independent rápidamente siguieron la pista, descubriendo más detalles.
Aunque esta es la primera organización Nullo descubierta en el Reino Unido, la idea de transmitir en vivo la castración con fines de lucro podría haber sido inspirada por Japón.
En 2012, un artista japonés de 22 años, Mao Sugiyama, decidió someterse a una castración el día de su cumpleaños, eliminando completamente su pene y testículos.
Dos meses después, Sugiyama decidió “artísticamente” procesar sus genitales removidos.
Publicó en las redes sociales: “Por favor, comparte, venderé mi pene, que fue extirpado de mi cuerpo, por 100,000 yenes (aproximadamente £880) para que hagas una comida. Lo cocinaré según la solicitud y la ubicación del comprador.”
Para evitar problemas innecesarios, aunque Sugiyama especificó particularmente que no tenía enfermedades, enfatizó que los invitados debían firmar un formulario de exención de responsabilidad: si se enfermaban al comer su pene, él no sería responsable.
Una vez que se hizo el anuncio, el evento de Sugiyama atrajo una gran atención y, sorprendentemente, cinco comensales pujaron 250 libras cada uno por esta comida única.
Para concienciar sobre el “tercer género, asexuales y minorías sexuales”, Sugiyama decidió convertir la degustación originalmente privada en un banquete público para 70 personas.
El día del banquete, todos los invitados fueron invitados a un restaurante en el distrito de Suginami, Tokio, donde Sugiyama incluso preparó una actuación de piano antes de que comenzara el evento.
Según las imágenes de la noche, Sugiyama, vestido como chef, preparó personalmente esta cena especial para los cinco comensales, sirviendo “pene como plato principal” con perejil y champiñones como acompañamientos. Otros invitados tuvieron carne de res y de cocodrilo.
Durante la cocción, Sugiyama bromeó diciendo: “No habrá más oportunidades para cargos de exposición indecente.”
Lamentablemente, el plato no fue tan exitoso como se había imaginado. Un comensal describió: “La comida no dejó una fuerte impresión; la gente en la mesa dijo que era demasiado sosa, con una textura como de goma…”
Esta reseña negativa llamó la atención de un director culinario de un sitio web de comida, quien, con un espíritu de no perderse ninguna emoción, escribió a Sugiyama diciendo: “¡Qué desperdicio de un pene perfecto! Es muy duro y necesita cocinarse lentamente, ya sea al vacío o guisado.”
Realmente… ama tu trabajo, ama tu vida~
Aunque la ley japonesa no penaliza el canibalismo, este evento de degustación aún atrajo la atención de la policía. Un portavoz del Departamento de Policía Metropolitana de Tokio declaró que “mostrar públicamente un pene cortado a una multitud reunida” se considera exposición indecente, lo que podría llevar a una pena de prisión de dos años y una multa de hasta 2.5 millones de yenes.
Sin embargo, a medida que la popularidad del evento disminuyó, estos cargos fueron retirados en 2013.
Después de presenciar el culto de la castración y el “banquete de penes”, los internautas extranjeros quedaron atónitos ante esta noticia explosiva.
¡Ay, cómo se supone que debo mirar las decoraciones de champiñones ahora!
Me recuerda un poco a los Inmaculados de “Juego de Tronos”.
Casi me atraganto con el café al leer esta noticia.
La elección de Sugiyama de este enfoque contundente también está relacionada con “fetiches” específicos dentro de la “cultura de la castración”.
Aparte de la castración física, el “canibalismo” y el “asalto sexual” son dos problemas importantes que la comunidad Nullo no puede evitar.
Aunque este grupo no tiene una audiencia amplia, en los casos que han salido a la luz, los individuos castrados a menudo sufren agresiones sexuales, y en casos más extremos, el pene removido es comido por el “cirujano”.
Este fenómeno tiene una base; elegir un hospital de renombre para la castración no solo es caro, sino que también requiere una larga espera. Por lo tanto, personas con motivos mixtos se convierten en “cirujanos”, algunos de los cuales también forman parte de la comunidad Nullo.
Una encuesta a 2,971 personas que se habían sometido a una castración encontró que los “cirujanos” tenían tres veces más probabilidades de comportarse de manera inapropiada que los “pacientes”.
En relación con esta situación, alguien que se sometió a una castración en 1994 explicó: “Hay que decirlo, todo el proceso quirúrgico puede ser realmente emocionante.”
Hace unos meses, también escribí sobre un caso similar de canibalismo donde una pareja estadounidense, Gates y Allen, atrajeron a víctimas bajo el pretexto de una cirugía gratuita de remoción de pene.
Una vez completada la cirugía, abandonaban a las víctimas porque su objetivo final era obtener los penes amputados para su consumo futuro.
Después de que el caso salió a la luz, la policía encontró un refrigerador lleno de penes en su residencia…
