A medida que llega el invierno y los días se acortan, muchas personas mayores enfrentan un desafío importante: deficiencias nutricionales que afectan la salud ósea, la función inmune y el bienestar general. Entre los nutrientes más importantes para las personas mayores, la vitamina D se destaca como una “vitamina del sol”, crucial para mantener la salud durante los meses más fríos, cuando la actividad al aire libre (y, en consecuencia, la producción natural de vitamina D) tiende a disminuir. Las personas mayores, en particular, deben prestar mucha atención para asegurarse de obtener suficiente cantidad de esta vitamina esencial.
¿Cómo obtenemos vitamina D?
La vitamina D se puede obtener de dos formas principales. En primer lugar, la exposición a la luz solar hace que los lípidos de la piel se conviertan en vitamina D a través de los rayos UV. En segundo lugar, la vitamina D se puede obtener a través de fuentes dietéticas y luego se metaboliza a su forma activa en el cuerpo. 
A medida que envejecemos, muchas personas mayores reducen sus actividades al aire libre, lo que limita aún más su exposición al sol y, en consecuencia, la cantidad de vitamina D que producen. Los fríos meses de invierno solo empeoran las cosas, ya que muchas personas mayores permanecen en el interior, lo que disminuye significativamente la posibilidad de producir vitamina D. Además, la ingesta dietética de vitamina D puede ser baja, especialmente para las personas mayores que pueden tener capacidades digestivas y de absorción más débiles.
La prevalencia de la deficiencia de vitamina D en adultos mayores
Los estudios muestran que la deficiencia de vitamina D está muy extendida entre los adultos mayores, particularmente entre los mayores de 75 años, y más de la mitad de este grupo de edad sufre niveles bajos de vitamina D. Investigación publicada en el
Los beneficios multifacéticos de la vitamina D para las personas mayores
- La vitamina D es bien conocida por su papel en la promoción de la absorción de calcio y la formación de huesos, lo que la hace esencial para prevenir la osteoporosis y las fracturas en los adultos mayores.
- Además de apoyar los huesos, la vitamina D ayuda a proteger la fuerza muscular, crucial para la prevención de caídas y la reducción del riesgo de fracturas.
- Los niveles adecuados de vitamina D se han relacionado con una mejor defensa inmune, lo que reduce el riesgo de infecciones respiratorias. Durante la pandemia de COVID-19, los estudios demostraron que aquellos con suficiente vitamina D tenían menos probabilidades de sufrir una infección grave o la muerte.
- La vitamina D también es vital para la salud del cerebro. Las investigaciones indican que una cantidad adecuada de vitamina D puede ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas como la demencia. Las personas mayores con niveles bajos de vitamina D enfrentan un riesgo 50% mayor de sufrir deterioro cognitivo.
La vitamina D también está estrechamente asociada con la salud cardiovascular. Los niveles bajos de vitamina D se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas cardiovasculares. Como tal, complementar con vitamina D puede ayudar a mitigar estos riesgos y contribuir a la salud general del corazón.
¿Deberían las personas mayores controlar sus niveles de vitamina D?
Dada la deficiencia generalizada de vitamina D entre los adultos mayores, es aconsejable controlar periódicamente los niveles de vitamina D, especialmente para quienes pasan poco tiempo al aire libre o tienen problemas de absorción dietética. Identificar y abordar la deficiencia de vitamina D puede ser de gran ayuda para mantener una salud óptima.
El poder de combinar vitamina D con estos 3 nutrientes clave
Para obtener beneficios óptimos para la salud, no es suficiente que las personas mayores simplemente complementen con vitamina D. La combinación de vitamina D con estos otros tres nutrientes puede funcionar de manera sinérgica para brindar una protección de la salud aún mayor.
- La vitamina K2 actúa junto con la vitamina D para promover la salud ósea activando la osteocalcina, que ayuda a dirigir el calcio a los huesos en lugar de a los tejidos blandos o las arterias. Esta combinación no sólo mejora la salud ósea y muscular sino que también reduce el riesgo de fracturas. Además, se ha demostrado que la vitamina K2 mejora problemas como los calambres nocturnos en las piernas.
- La vitamina D y la vitamina A son un dúo dinámico para la regulación del sistema inmunológico. La vitamina D activa las células inmunitarias, ayudando al cuerpo a combatir los patógenos, mientras que la vitamina A apoya el desarrollo y la activación de células inmunitarias como las células B y T. Ambos nutrientes también ayudan a mantener la salud de las membranas mucosas, que actúan como barreras para prevenir la invasión de patógenos.
Las investigaciones indican que una combinación de vitamina D y vitamina A puede ayudar a reducir los riesgos de infección respiratoria y mejorar las respuestas inmunitarias relacionadas con enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
- La vitamina B12 es crucial para apoyar la salud cognitiva. Cuando se combina con vitamina D, la B12 ayuda a mantener la funda protectora alrededor de los nervios, contribuyendo a la función cerebral general. Se ha demostrado que esta combinación mejora la memoria y el rendimiento cognitivo en personas mayores, reduciendo el riesgo de deterioro cognitivo y demencia.
Conclusión:
Para los adultos mayores, es vital controlar los niveles de nutrientes, especialmente durante los meses de invierno. Garantizar una ingesta suficiente de vitamina D junto con vitamina A, K2 y B12 puede mejorar significativamente la salud general, reducir el riesgo de problemas de salud graves y mejorar la calidad de vida. Ya sea mediante actividad al aire libre, dieta o suplementos, abordar las deficiencias de estos nutrientes esenciales es clave para envejecer bien.
