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¡¿Por qué tu bebé no aumenta de peso?! ¡La respuesta podría sorprenderte!

Como padres, puede ser angustiante ver que el aumento de peso de su bebé se estanca. Cuando visitan al pediatra y notan que la curva de peso apenas sube, es natural empezar a preguntarse: “¿Esto es normal? ¿Está bien la salud de mi bebé?”

No se preocupen, hoy descubriremos las sorprendentes razones detrás del lento aumento de peso y exploraremos qué podría estar afectando el desarrollo de su bebé.

1. Prácticas de alimentación incorrectas: Causa principal del bajo aumento de peso

En cuanto al aumento de peso, uno de los factores más importantes es el método de alimentación. Si la práctica alimenticia no es ideal, no es sorprendente que el peso del bebé no aumente como se espera.

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Si están amamantando pero tienen una producción insuficiente de leche, o si el bebé no se prende correctamente, podría no estar recibiendo suficiente nutrición, lo que afecta directamente el aumento de peso. Algunas madres experimentan problemas con la lactancia que derivan en una baja producción de leche. Si el bebé no puede prenderse adecuadamente, no obtendrá suficiente leche para crecer.

De manera similar, los padres primerizos a veces tienen dificultades para seleccionar la fórmula infantil adecuada o calcular la cantidad correcta. La ingesta de leche debe ajustarse según la edad del bebé. Tanto la sobrealimentación como la subalimentación pueden interferir con un aumento de peso saludable.

Consejo: Si les preocupa la producción de leche, consideren aumentar la frecuencia de las tomas o consultar a un asesor de lactancia. Para bebés alimentados con fórmula, sigan siempre las pautas recomendadas para las cantidades correctas.

2. Problemas digestivos: Cómo afectan la absorción de nutrientes

Los bebés tienen sistemas digestivos más sensibles que los adultos, y sus estómagos pueden verse afectados por factores externos como prácticas alimenticias inadecuadas o la introducción temprana de sólidos. Problemas digestivos como hinchazón o estreñimiento pueden dificultar significativamente la absorción de nutrientes, resultando en un lento aumento de peso.

Si su bebé muestra alguna de estas señales, podría tener problemas digestivos:

  • Llanto después de alimentarse, indicando malestar
  • Diarrea o estreñimiento, con pancita hinchada
  • Rechazo a comer o ingerir muy poca comida

Estos problemas afectan directamente la ingesta de alimentos y la absorción de nutrientes del bebé, llevando a un aumento de peso más lento.

Consejo: Si sospechan malestar digestivo, revisen sus prácticas de alimentación para asegurarse de que sean adecuadas. Si el bebé tiene problemas digestivos frecuentes como hinchazón o estreñimiento, un suave masaje en la pancita podría ayudar a estimular la digestión y aliviar el malestar.

3. Bebés hiperactivos: El alto gasto energético puede ralentizar el aumento de peso

Si su bebé es muy activo, moviendo constantemente manos y piernas, volteándose o incluso gateando precozmente, podría estar quemando mucha energía. La actividad física excesiva puede hacer que el bebé gaste más energía de la que consume, lo que podría resultar en un aumento de peso más lento. Esto es especialmente cierto cuando empiezan a gatear o pararse.

Si su bebé es activo pero no recibe suficiente nutrición (ya sea mediante leche o sólidos), esta situación de “gasto energético mayor que la ingesta” puede resultar en un crecimiento lento.

Consejo: Para bebés activos, asegúrate de que reciban suficiente nutrición para cubrir sus necesidades energéticas. Al comenzar con sólidos, ofrece alimentos altos en calorías como carnes, huevos y otras opciones ricas en nutrientes para equilibrar su consumo energético.

4. Fluctuaciones naturales del crecimiento: Las diferencias individuales importan

Es importante recordar que la curva de crecimiento de un bebé no siempre es una línea recta. A veces, el aumento de peso puede ralentizarse naturalmente en ciertas etapas, pero esto no necesariamente indica un problema de salud. El crecimiento puede variar según factores como la genética, el entorno y la dieta.

Cada bebé crece a su propio ritmo. Algunos pueden ser naturalmente más delgados, mientras que otros experimentan un crecimiento más lento. Estas diferencias pueden depender de la genética, los hábitos alimenticios familiares y el ambiente.

Mientras el peso del bebé esté dentro de un rango saludable y otros indicadores de desarrollo, como la estatura o las habilidades motoras, progresen adecuadamente, no hay motivo de preocupación.

Consejo: Si tu bebé crece más lento de lo esperado pero alcanza otros hitos, mantén la calma y enfócate en una rutina de alimentación saludable. Los chequeos regulares asegurarán que crezca a un ritmo adecuado.

5. Enfermedades, infecciones o alergias: ¿Podrían estar frenando el aumento de peso?

Los bebés son más vulnerables a enfermedades debido a su sistema inmunológico en desarrollo. Cualquier infección, como resfriados, diarrea u otros síntomas, puede afectar el apetito y alterar el aumento de peso normal. Las reacciones alérgicas también pueden perjudicar la digestión y la absorción de nutrientes, reduciendo aún más la ganancia de peso.

Si tu bebé se enferma con frecuencia o presenta tos persistente, vómitos o erupciones cutáneas, esto podría contribuir a un crecimiento lento.

Consejo: Si tu bebé está enfermo o tiene alergias, consulta al pediatra para ajustar su dieta o identificar sensibilidades alimentarias. Evita alimentos que puedan desencadenar reacciones alérgicas.

Conclusión: Mantén la calma y ajusta lo necesario

Aunque un aumento lento de peso en bebés suele ser preocupante, muchas veces se debe a factores manejables. Identificar y abordar estas causas permitirá que la mayoría recupere un ritmo de crecimiento saludable.

La clave es no estresarse por fluctuaciones temporales. Enfócate en una alimentación equilibrada, mantén chequeos regulares y prioriza la salud general del bebé. Una actitud positiva y proactiva favorecerá su desarrollo óptimo.

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