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Fideos Instantáneos Coreanos: Cómo el Ramyeon Picante se Convirtió en un Favorito

El amor de Corea por los fideos instantáneos (라면, ramyeon) va más allá de un simple antojo: es un fenómeno cultural. Pero, ¿cómo este humilde platillo se convirtió en un alimento básico nacional? Retrocedamos en el tiempo para explorar sus orígenes y evolución en Corea del Sur.

El nacimiento de los fideos instantáneos coreanos

A principios de la década de 1960, la industria alimentaria surcoreana aún estaba en pañales. Inspirada por la japonesa Nissin Foods, Samyang Food lanzó en 1963 los primeros fideos instantáneos coreanos: Samyang Ramen. Sin embargo, no ganó popularidad de inmediato.

¿Por qué? Dos razones principales:

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  1. Sin trigo, sin costumbre – El clima y el suelo de la península coreana no eran aptos para el cultivo de trigo. Tradicionalmente, los coreanos comían fideos de alforfón (naengmyeon), reservados principalmente para ocasiones ceremoniales.
  2. Confusión lingüística – El término ramyeon (라면) se tomó directamente de la palabra japonesa ramen. Pero en coreano, 라면 también podía significar ramyeon, un tipo de tela de algodón, lo que dejaba a muchos confundidos sobre lo que realmente se vendía.

Del rechazo al éxito instantáneo

Inicialmente, las ventas fueron lentas: solo 200,000 paquetes vendidos en 1963. Pero Samyang tenía un as bajo la manga: ¡degustaciones públicas gratuitas! Empleados repartieron muestras en parques y teatros, apostando al aroma irresistible de un tazón recién preparado.

Y funcionó: para 1966, las ventas mensuales se dispararon a 2.4 millones de paquetes, y para 1969, alcanzaron los 15 millones.

¿Qué impulsó este crecimiento? El precio. A solo 10 wones por paquete, los fideos instantáneos coreanos eran una ganga comparados con otros alimentos:

  • Un paquete de cigarrillos: 25 wones
  • Una taza de café: 35 wones
  • Una entrada al cine: 55 wones
  • Un tazón de fideos con salsa de frijol negro (jjajangmyeon): 50 wones

Más sorprendente aún: un platillo callejero de la época, el meokjuk (멱죽)—una sopa hecha con sobras de bases militares estadounidenses (salchichas, spam, garbanzos, queso y pan)—se vendía a 5 wones por porción. Comparado con el meokjuk, ¡los fideos instantáneos eran una comida real!

Los fideos instantáneos coreanos: un poder político y económico

En las décadas de 1960 y 1970, Corea del Sur enfrentó escasez de arroz. Para combatirla, el gobierno lanzó la Campaña de Promoción del Consumo de Harina, instando a la población a consumir más productos de trigo. Así, los fideos instantáneos de Samyang se convirtieron en un alimento avalado por el estado.

Incluso el entonces presidente surcoreano, Park Chung-hee, disfrutaba un tazón tras beber, y una vez sugirió a los ejecutivos de Samyang…

Esta pequeña sugerencia sentaría las bases de los emblemáticos fideos instantáneos picantes coreanos.

El ascenso de Nongshim y los fideos picantes coreanos

A fines de los 60, la competencia se intensificó. Marcas como Lucky Ramen y Lotte Foods entraron al mercado. Un actor clave fue Nongshim, fundada por Shin Chun-ho, hermano del fundador de Lotte, Shin Kyuk-ho. La rivalidad incluso provocó una división familiar, con Shin Chun-ho estableciendo Nongshim como entidad separada.

Nongshim innovó introduciendo sabores más intensos, como caldo de res y jjajangmyeon. Su participación de mercado creció exponencialmente.

Para 1985, Nongshim superó a Samyang como líder del mercado. Dos eventos consolidaron su dominio:

  1. El nacimiento de Shin Ramyun (1986) – Nombrado en honor al fundador Shin Chun-ho, fue el primer fideo coreano en enfatizar el picante. Su lanzamiento coincidió con eventos internacionales clave—los Juegos Asiáticos de 1986 y las Olimpiadas de Seúl 1988—que promocionaron su imagen “caliente y ardiente” mundialmente.
  2. El escándalo de grasa bovina industrial (1989) – Cuando marcas rivales fueron afectadas por grasa contaminada, Nongshim salió ilesa al usar aceite de palma. Esto reforzó la confianza de los consumidores.

¿Cómo se convirtieron los fideos coreanos en un ícono global?

De humildes inicios a reconocimiento mundial, los fideos coreanos siguieron una trayectoria única. Un resumen:

  1. Necesidad posguerra – Como Japón, Corea adoptó fideos instantáneos por escasez de arroz y crecimiento poblacional.
  2. Adaptación cultural – A diferencia de Japón, se comercializaron como comida casera, no solo snack rápido.
  3. Apoyo gubernamental – La promoción del consumo de trigo en los 60-70 impulsó su auge.
  4. El poder del picante – La influencia de Park Chung-hee y eventos deportivos de 1986-88 establecieron el picante como sello coreano.
  5. Crisis convertida en oportunidad – El escándalo de 1989 eliminó competidores, coronando a Shin Ramyun de Nongshim como líder indiscutible.

Hoy, los fideos instantáneos coreanos son más que comida: son un emblema cultural, un producto estrella de exportación y un consuelo diario para millones en el mundo.

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