Cuando se trata de la cocina del sur de Asia, las especias son siempre las protagonistas. Durante siglos, el sur de Asia ha sido conocido como el reino de las especias. Desde el 5000 a.C., los mercaderes ya comerciaban con especias a través de rutas marítimas. Evidencias arqueológicas en Mohenjo-Daro demuestran que desde el 2600 a.C. ya se utilizaban morteros para moler especias. El destino original de Colón también era la India, un país rico en especias. Esta herencia de especias está profundamente arraigada en la cocina pakistaní, donde los sabores intensos y las especias aromáticas dominan. Hoy, la cocina pakistaní sigue reflejando esta rica historia, combinando mezclas tradicionales de especias en cada platillo.

Los curris fragantes de Pakistán
Los curris pakistaníes son algo parecidos a los hot pots chinos pero con sabores únicos.
Karahi es el nombre de un tipo de olla, similar al wok chino. El platillo se prepara cocinando tomates (triturados), cebollas, masala y carne en la olla, sin agregar agua. El karahi viene en varias versiones: con mantequilla, jengibre y ajo. También hay versiones con pollo con hueso y sin hueso, cada una con un sabor distintivo.

Handi se refiere a una olla honda y redonda, a menudo de barro o cobre. Es ideal para cocción lenta, similar a una olla de barro. Al cocinar, la tapa se sella con masa para evitar que escape el vapor, asegurando que los alimentos absorban su propia humedad y adquieran más sabor. Los guisos en Handi suelen incluir yogur y nata, como en el rico curry de pollo con crema. Los tomates y cebollas son imprescindibles.


Korma significa literalmente “carne estofada”. Este platillo fue popularizado por los mogoles en el siglo XVI y se considera un manjar real. La carne se cocina con ghee (mantequilla clarificada), yogur y especias, y se espesa con frutos secos. El korma es rico, sabroso y exquisito.

Los kebabs a la parrilla de Pakistán
La palabra “Kebab” viene del persa, y se cree que el platillo fue inventado por soldados persas en la Edad Media, quienes asaban carne con espadas sobre fogatas. Posteriormente, las espadas fueron reemplazadas por brochetas.

El kebab callejero más común en Pakistán es el Reshmi Kebab, que significa “seda”. Estos kebabs se caracterizan por su textura tierna, lograda marinando el pollo en yogur, crema y anacardos. El sabor es suave y suele servirse con una chutney de menta.
Tikka es otro platillo a la parrilla de origen turco. La palabra Tikka significa “trozo” o “pedazo”. Hay versiones de pollo, ternera y cordero, con un sabor más ligero, generalmente sazonado solo con sal. El tikka se considera la carne a la parrilla pakistaní que más se acerca al gusto chino.

El Seekh Kebab consiste en carne picada y especiada moldeada en forma cilíndrica y asada. Tiene un sabor intenso a especias y suele servirse con pan plano o envuelto.

El Chapli Kebab es una hamburguesa de carne frita de Khyber Pakhtunkhwa. La carne se sazona con especias y se forma en forma de hamburguesa antes de freírse. Tiene una capa exterior crujiente y picante, con un interior tierno y jugoso.

Arroces y alimentos básicos: Ricos y diversos
El arroz pakistaní difiere del chino. Usan arroz Basmati, de grano largo y no pegajoso.
A diferencia de la cocina china, los pakistaníes no comen arroz blanco. Preparan el Pulao, donde el arroz se cocina con carne y especias como cardamomo, clavos y comino.

Otro plato de arroz popular es el Biryani, un arroz por capas con carne y especias. Las especias utilizadas son más intensas, haciendo al Biryani más aromático y sabroso que el Pulao.

Verduras: Simples y frescas
Las verduras no son parte principal de la cocina pakistaní. Las ensaladas suelen ser solo rodajas de pepino, cebolla y limón. También se consumen varios tipos de frijoles, aunque personalmente no me agradan mucho.
Un plato vegetariano común es el Curry de Espinacas. La espinaca pakistaní es más dura y menos tierna que la china, por lo que suele cocinarse lentamente en curry. Aunque el color puede parecer intimidante, el sabor es sorprendentemente bueno.

Postres dulces y ricos
Los postres pakistaníes son extremadamente dulces. Mi favorito es el Kheer, un budín de arroz con leche, azúcar y especias. Suele decorarse con láminas de almendra y papel de plata comestible.

Otro postre similar al Kheer es el Ras Malai, que puede describirse como bolitas dulces en leche. Si las especias no son muy fuertes, resulta delicioso, con una textura cremosa y rica.

El Gulab Jamun es uno de los postres más comunes para servir a invitados. Estas bolas se hacen con leche y harina, se fríen y se empapan en almíbar. Son extremadamente dulces, y recomiendo comerlos en bocados pequeños.

El helado tradicional pakistaní, Kulfi, es más denso y sabroso que el helado normal, a menudo infusionado con especias como el cardamomo. Tiene una textura más espesa y suele servirse en forma de cono.

Conclusión
La cocina pakistaní es rica y llena de sabor. Cada platillo es una mezcla deliciosa de especias, desde los curris intensos hasta las carnes a la parrilla más tiernas. Si aún no has explorado la comida pakistaní, es hora de experimentar sus sabores vibrantes y únicos.