En la industria del entretenimiento, los actores tienen diferentes enfoques hacia su arte, y cada uno adopta su estilo de actuación preferido. Algunos son actores “presentacionales”, lo que significa que separan al personaje de sí mismos. Utilizan sus habilidades actoriales para retratar al personaje de manera convincente y pueden desconectarse de sus roles una vez que termina la actuación.
Luego están los actores “experienciales” que llevan las cosas al extremo. Creen que un actor debe “convertirse” completamente en el personaje. Mental y emocionalmente, se fusionan con el rol. Este enfoque ofrece una sensación de autenticidad, evitando la artificialidad de la interpretación. Sin embargo, la desventaja es que una vez que un actor se sumerge en el rol, puede resultar difícil salir del personaje.

El tercer enfoque es la famosa técnica del “método de actuación“. Puede verse como una versión refinada de la actuación experiencial. Este método implica usar “memoria emocional” personal para evocar emociones. Por ejemplo, si un actor debe retratar a alguien en duelo, incluso si no ha experimentado tal pérdida, puede recurrir a una experiencia personal de dolor para generar las mismas emociones.
Estas son categorías generales para ayudarnos a comprender las técnicas actoraless, pero en realidad estos enfoques no siempre están tan claramente definidos. Tomemos a Christian Bale, conocido por transformaciones corporales extremas. Perdió y ganó decenas de kilos para varios roles. Pero ¿puede realmente “convertirse” en los personajes que interpreta, como cuando dio vida a Batman? Eso es debatible.
El reinado del método de actuación en Hollywood

Durante décadas, el método de actuación ha dominado Hollywood. Muchos actores legendarios, considerados entre los mejores de la industria, siguen este enfoque. Esto incluye al difunto Marlon Brando, Al Pacino, Robert De Niro, Dustin Hoffman, y estrellas más recientes como Matthew McConaughey, Cillian Murphy y Christian Bale. Incluso Andrew Garfield, una estrella emergente, ha adoptado esta técnica.
Sin embargo, en los últimos años el método de actuación parece estar en declive en Hollywood. Las acciones cada vez más extrañas de los actores para “convertirse” en sus personajes han causado asombro. Peor aún, algunos actores luchan por desconectarse de sus roles incluso después de terminar el rodaje.
Los orígenes “locos” del método de actuación

En épocas anteriores, los actores de método no parecían tan excéntricos. Su devoción por sus roles solía verse como señal de profesionalismo. Por ejemplo, en los 70, Robert De Niro condujo un taxi en Nueva York durante un tiempo para comprender mejor su papel en Taxi Driver.
Similarmente, en los 90, Al Pacino fingió ser ciego para su papel en Esencia de mujer para captar mejor la experiencia de un hombre sin vista.
Pero Daniel Day-Lewis, un querido actor de método, lo llevó al extremo. En 1989, interpretó a un escritor y artista con parálisis cerebral en Mi pie izquierdo. No solo se hizo amigo de personas con discapacidad, sino que insistió en permanecer en silla de ruedas en el set. El equipo debía cargarlo y alimentarlo como a su personaje.
Esta película le valió numerosos premios a Day-Lewis, quien se hizo conocido por su dedicación al método. Su devoción no se detuvo ahí: para interpretar a un mohicano, cargó un rifle durante todo el rodaje. Para un papel de convicto, vivió como uno en prisión e insistió en que el equipo le arrojara agua fría y lo insultara.
Tras Day-Lewis, muchos actores comenzaron a imitarlo, llevando a comportamientos extraños en los sets e inconvenientes para otros.
El método extremo de Jim Carrey

En 1999, Jim Carrey llevó el método a otro nivel durante el rodaje de Man on the Moon. Insistió en que el equipo lo llamara “Andy” (su personaje, Andy Kaufman) durante los cuatro meses de filmación. Se negó a salir del personaje, incluso cuando el director solicitó su cooperación.
Posteriormente, el propio Carrey admitió que este comportamiento fue excesivo. En una entrevista, Martin Freeman, quien criticó sus acciones, declaró: “Esto es lo más egocéntrico, egoísta y narcisista que he visto. No es profesional en absoluto. ¿Imaginas si otro hiciera esto? Lo despedirían al instante”.

El lado oscuro del método de actuación

La tendencia continuó con Meryl Streep en 2006. Durante El diablo viste a la moda, Streep, interpretando a una jefa fría, evitó interactuar con sus compañeros en los descansos para mantener su personaje. La situación fue tan solitaria que, en una entrevista con Entertainment Weekly, admitió sentirse profundamente infeliz: “Fue horrible. No podía estar con los demás actores, los escuchaba reír y charlar. Era miserable”.
Esta experiencia hizo que Streep declarara que nunca más usaría el método de actuación.
El trágico caso de Heath Ledger
Quizás el ejemplo más trágico sea Heath Ledger como el Joker en El caballero de la noche. Ledger se encerró semanas para entender la psique del personaje, llevando un diario detallado. La tensión emocional le causó insomnio severo, llevándolo a depender de pastillas. Tras finalizar la película, falleció por una sobredosis accidental.
Ejemplos recientes: actores sobrepasando límites

En 2013, Jamie Dornan (Cincuenta sombras de Grey) siguió a una mujer tras bajarse de un tren para entender la psicología de un acosador en The Fall, cruzando líneas éticas para interpretar a un asesino serial.

En 2016, Jared Leto (Joker en Escuadrón suicida) envió regalos perturbadores a sus compañeros: una rata muerta a Margot Robbie, balas a Will Smith y una revista Playboy “pegajosa” para todo el equipo. Leto defendió sus acciones argumentando que el Joker ignora límites, aunque luego aclaró que no envió la rata.

Creciente descontento con el método de actuación
Estos extremos han llevado a muchos actores a distanciarse del método. En 2022, Mads Mikkelsen (Hannibal) criticó el concepto en GQ: “Es absurdo. Si la película resulta mala, ¿qué lograste? No ‘mantuviste el personaje’—debiste salir desde el inicio”.

Similarmente, Robert Pattinson (Crepúsculo) comentó que el método solo se aplica con villanos: “Si interpretas a alguien bueno, nadie habla de ‘método’. Nadie mantiene el personaje siendo amable”.

Conclusión
Aunque la dedicación actoral es admirable, los extremos del método plantean preocupaciones éticas y problemas en los sets. Ya sea enviando animales muertos a compañeros o cruzando límites legales, el verdadero costo de este método podría no valer los sacrificios hechos en nombre del arte.