Imagina desenvolver un queso pequeño de corteza anaranjada y que te golpee un aroma tan intenso que podría despejar una habitación. Este es el Boulette d’Avesnes, frecuentemente proclamado como el queso más apestoso del mundo. Con un peso aproximado de 500 gramos y una textura firme pero cremosa, esta delicadeza francesa tiene una reputación que la precede.

La creación accidental de una leyenda maloliente
En 1982, Philippe Olivier, un reconocido quesero francés, tuvo una idea—quizás inspirada por demasiado vino. Decidió marinar un queso fresco en una mezcla de cerveza, brandy y sal. Semanas después, el pueblo de Boulogne-sur-Mer, al norte de Francia, quedó sumergido en un hedor indescriptible. Hasta el propio Olivier quedó impactado por el potente olor de su creación.
“Olía como cien borrachos sin lavar reunidos en un mismo lugar”.

Sin saber qué más hacer, lo nombró en honor al pueblo, y así nació el Boulette d’Avesnes: un queso que muchos comparan con el surströmming del mundo lácteo.

Un queso como ningún otro
Tradicionalmente, el queso se asocia con texturas suaves y aromas lácteos agradables. El Boulette d’Avesnes desafía todas las expectativas. Su superficie áspera y quebradiza, junto con su fuerte olor a establo, lo convierten en un gusto adquirido. Servido en una fuente gourmet, se siente como un invitado bullicioso y no deseado en una fiesta elegante.

La prueba científica: el más apestoso de todos
En 2004, investigadores de la Universidad de Cranfield en Reino Unido realizaron un experimento para determinar el queso más apestoso del mundo. Usando una nariz electrónica, dispositivo normalmente empleado para detectar infecciones como tuberculosis, analizaron 15 quesos particularmente pungentes.

El Boulette d’Avesnes emergió victorioso, con emisiones gaseosas comparables a las de pacientes con tuberculosis. Se descubrió que su aroma era más fuerte que cualquier otra variedad analizada, ganando oficialmente el título de queso más apestoso del planeta.

Demasiado apestoso para el transporte público
El potente aroma del Boulette d’Avesnes es tan disruptivo que algunas regiones de Francia lo han prohibido en el transporte público. Ciudades como Munster y Roquefort tienen regulaciones que prohíben consumirlo en espacios públicos cerrados.
El club global de alimentos apestosos
El Boulette d’Avesnes no está solo en el reino de los alimentos controversiales. Algunas de las delicias más divisivas del mundo comparten un destino similar:
- Tofu apestoso (China/Taiwán): Fermentado y frito, este platillo es famoso por su olor similar a alcantarilla.
- Durian (Sudeste Asiático): Conocida como la “fruta de los dioses”, su fuerte aroma ha generado prohibiciones en hoteles y transporte público.
- Surströmming (Suecia): Este arenque fermentado huele tan fuerte que tradicionalmente se abre al aire libre.
- Natto (Japón): Soja fermentada con textura pegajosa y aroma similar al amoníaco.

La paradoja de lo apestoso pero delicioso
A pesar de sus aromas abrumadores, estos alimentos tienen devotos que juran por su increíble sabor. Algunos dicen que superar el olor revela un mundo de sabores complejos. El Boulette d’Avesnes no es la excepción: quienes se atreven a probarlo describen una experiencia sorprendentemente cremosa y rica en umami.
“Es como enamorarse de alguien pese a su exterior áspero: encuentras la belleza interior”.

¿Deberías probarlo?
La comida es aventura. Si eres fanático de sabores audaces y te encanta desafiar tu paladar, el Boulette d’Avesnes podría ser tu próximo reto. Ya seas un conocedor de quesos o un foodie curioso, esta leyenda apestosa merece al menos un bocado.
