Las aves modernas son descendientes de los dinosaurios. Su apariencia difiere enormemente de sus ancestros prehistóricos. La idea de clonar dinosaurios, como en Jurassic Park, no es factible con la tecnología actual, especialmente considerando la degradación del ADN durante millones de años. Pero si los dinosaurios aún existieran hoy, ¿representarían una amenaza para los humanos? ¿Podrían adaptarse a nuestra sociedad actual y resistir a los patógenos modernos?
Los dinosaurios viven entre nosotros hoy
La realidad es que los dinosaurios aún viven entre nosotros. Las aves, como descendientes de los dinosaurios, son un recordatorio viviente de estas criaturas ancestrales. Aunque no se parezcan a los reptiles poderosos de la era prehistórica, las aves son, de hecho, la encarnación moderna de los dinosaurios. Esta transformación es resultado tanto de procesos evolutivos como de eventos de extinción.
Los investigadores alguna vez soñaron con revivir dinosaurios extintos clonándolos mediante ADN preservado. Sin embargo, esta es una tarea increíblemente desafiante. La mayoría de los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años, lo que hace muy improbable que encontremos fragmentos de ADN completos suficientes para resucitarlos. En Japón, científicos intentan clonar al mamut, extinto hace unos 8,000 años. A pesar de los avances tecnológicos, este proyecto sigue plagado de dificultades. 
Además, existen desafíos procedimentales significativos. Por ejemplo, en un escenario al estilo de Jurassic Park, imagina que científicos encuentran un insecto chupador de sangre atrapado en ámbar de la época de los dinosaurios. El insecto podría contener bacterias intestinales y sangre de sus víctimas, o estar contaminado con organismos modernos, complicando la extracción de ADN utilizable. Incluso si el espécimen estuviera intacto, identificar el origen del ADN sería extremadamente difícil.
¿Podrían los dinosaurios adaptarse a enfermedades modernas?
Así que no hay que preocuparse por dinosaurios carnívoros bloqueando el tráfico en hora pico. Si los dinosaurios aún vivieran hoy, sus sistemas inmunológicos probablemente no resistirían las bacterias, hongos y virus modernos. La brecha entre sus defensas inmunológicas ancestrales y los patógenos actuales es enorme, haciendo casi imposible su supervivencia ante estas amenazas.
¿Y si el impacto de Chicxulub nunca hubiera ocurrido?
Ahora, exploremos una pregunta más compleja: ¿qué pasaría si el impacto de Chicxulub, que casi erradicó a los dinosaurios hace 65 millones de años, nunca hubiera sucedido? ¿Seguirían existiendo los dinosaurios hoy? ¿Existiríamos nosotros siquiera?
La extraña cuestión de los eventos evolutivos
Si el impacto de Chicxulub no hubiera golpeado la Tierra, causando la extinción de los dinosaurios, ¿qué habría pasado? El impacto terminó con el reinado de los dinosaurios, creando una oportunidad para que los mamíferos se diversificaran. Antes de este evento, las especies mamíferas se limitaban a pequeños roedores. Al desaparecer los dinosaurios, muchas especies desarrollaron rasgos mamíferos gradualmente, y los primates comenzaron a evolucionar. Pasaron millones de años antes de que aparecieran criaturas similares a los humanos.
Si los dinosaurios no hubieran sido eliminados por el impacto, la emergencia humana seguiría siendo incierta. Sin este desastre, los dinosaurios podrían haber seguido dominando, mientras los mamíferos habrían permanecido como criaturas pequeñas y excavadoras, temerosas de lagartos gigantes. Por otro lado, el evento de extinción entre los períodos Pérmico y Triásico dio origen a los dinosaurios. Incluso sin Chicxulub, quizás otro cataclismo habría terminado su era y permitido el ascenso mamífero. O la evolución podría haber tomado un camino totalmente diferente. ¿Quién podría asegurarlo?
Otra cuestión importante es que pequeños cambios en el clima o composición atmosférica podrían desencadenar condiciones drásticas. Algunas especies se adaptarían, otras declinarían. Quizás, con el tiempo, mamíferos y reptiles gigantes habrían alcanzado un equilibrio ecológico, y podríamos haber coexistido sin necesitar su desafortunada extinción. Aun así, cómo sería esta realidad sigue siendo un misterio.
