La acumulación de placa en las arterias carótidas es cada vez más común en personas de mediana y tercera edad. Más que un signo de envejecimiento, representa una advertencia crucial para eventos cardiovasculares graves como el accidente cerebrovascular. Si no se controla, estas placas pueden restringir el flujo sanguíneo o romperse, provocando coágulos potencialmente mortales.
No todas las placas son igualmente peligrosas
¿Tener placa carotídea significa automáticamente mayor riesgo de ACV? No necesariamente. La mayoría desarrolla cierto grado de placa arterial con la edad, pero su estabilidad importa más que su presencia. Si no tienes factores de riesgo como hipertensión, colesterol alto, diabetes, tabaquismo o antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, tu placa probablemente sea estable y progrese lentamente.

Sin embargo, quienes tienen condiciones subyacentes deben evaluarse médicamente para determinar si necesitan estatinas o antiagregantes plaquetarios para estabilizar las placas y prevenir coágulos.
Buenas noticias: Algunas placas son más fáciles de revertir
Las placas carotídeas se clasifican en blandas y duras. Aunque las blandas tienen mayor riesgo de ruptura, también responden mejor a tratamientos y cambios de estilo de vida. La ecografía las divide en hiperecogénicas (alta eco), isoecogénicas (eco medio), hipoecogénicas (baja eco) y heterogéneas según sus características acústicas. Las blandas (hipoecogénicas) contienen más lípidos, tienen capa fibrosa delgada o sangrado interno, siendo inestables pero más reducibles con control estricto del colesterol.

El objetivo principal no es eliminar las placas completamente (casi imposible), sino estabilizarlas mediante intervención médica, transformándolas en placas duras más estables que reduzcan significativamente el riesgo de ACV isquémico.
3 estrategias comprobadas para revertir la placa
1. Reducir el colesterol
El colesterol es clave en la formación de placa. Sin él, las placas no crecen. Reducir el colesterol LDL frena drásticamente su progresión e incluso puede disminuir depósitos existentes. Las estatinas en dosis altas son efectivas, especialmente en estrechamientos arteriales mayores al 50%. Para casos leves, el médico evaluará necesidad según niveles específicos.
2. Controlar presión y glucosa
Hipertensión y diabetes aceleran la formación de placa. Mantener presión bajo 140/90 mmHg (ideal 130/80 mmHg) y niveles estables de glucosa reduce daño arterial. El descontrol daña paredes vasculares, facilitando acumulación de placa.

3. Mejorar hábitos de vida
Un estilo de vida saludable es la forma más natural de detener/revertir placas:
- Dieta equilibrada: Reducir alimentos altos en grasas, azúcar y sodio.
- Ejercicio regular: Mínimo 30 minutos diarios de actividad moderada.
- Control de peso: Mantener IMC saludable.
- Dejar de fumar: Acelera endurecimiento arterial.
- Limitar alcohol: El exceso daña sistema cardiovascular.

6 grupos con mayor riesgo de desarrollar placa
1. Fumadores y bebedores
Nicotina y alcohol aumentan LDL, elevan presión y dañan vasos sanguíneos, acelerando acumulación de placa.

2. Dietas poco saludables
Exceso de sal, azúcar y grasas no saludables provoca obesidad, resistencia a la insulina y más depósitos de placa.
3. Sedentarios
La inactividad ralentiza circulación, aumenta viscosidad sanguínea y debilita el corazón, elevando riesgo de aterosclerosis.

4. Trastornos del sueño
Patrones de sueño alterados interfieren con respuestas antiinflamatorias, aumentando inflamación arterial y desarrollo de placa.
5. Sobrepeso u obesidad
Aumenta rigidez arterial y envejecimiento vascular prematuro, elevando riesgo de infarto y ACV.

6. Estrés crónico
El estrés prolongado eleva adrenalina y noradrenalina, causando vasoconstricción, hipertensión y daño arterial acelerado.

Conclusión
Revertir la placa no solo es posible, sino necesario. Controlar colesterol, presión, glucosa y mejorar hábitos reduce significativamente riesgos cardiovasculares. La prevención y acción temprana son clave para mantener una salud vascular duradera.