A medida que se acerca la Navidad, muchas personas preparan su tradicional banquete de pavo. Pero hay algo extraño en el nombre “turkey” (pavo). ¿Qué hay en un nombre, te preguntarás? Resulta que existe cierta confusión alrededor de esta ave, y todo se debe a sus variados nombres en diferentes idiomas.
Por ejemplo, en inglés se llama “Turkey”, pero en portugués es “Peru”, y en francés “Dinde”. Curiosamente, muchos de estos nombres tienen sus orígenes en India, aunque el ave no es originaria de allí. De hecho, incluso Turquía queda atrapada en este juego de nombres. Y si queremos ser específicos, los alemanes lo llaman “Truthahn”, que no se vincula a ningún país en particular.
Analicemos más de cerca la historia detrás de esta confusión nominal.
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El origen de la confusión entre pavos y gallinas de Guinea
Los pavos son nativos de América. Cuando los exploradores españoles los encontraron por primera vez, pensaron erróneamente que habían llegado a India, lo que los llevó a nombrarlo Pavo de Indias. Décadas después, exploradores como Américo Vespucio reconocieron que no estaban en India, sino en un nuevo continente que luego se llamaría América.
Al darse cuenta de su error, los españoles cambiaron su enfoque. Establecieron un puesto colonial en Sudamérica conocido como el Virreinato del Perú (que abarcaba gran parte del continente, no el Perú moderno). Una vez establecida la colonia, los colonizadores renombraron al ave como “gallina de Perú”.
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Los portugueses, quienes también encontraron el ave, adoptaron el nombre “galinha do peru”. Para mediados del siglo XVI, exploradores ibéricos llevaron pavos a Europa, sembrando más confusión.
La llegada de la gallina de Guinea
Paralelamente, otra ave causaba confusión: la pintada (gallina de Guinea), nativa de África subsahariana. En el siglo XV, marineros portugueses la encontraron en África Occidental durante su búsqueda de rutas a India. La llamaron “gallina de Guinea” y la llevaron a India, donde también adoptaron ese nombre.
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Cuando barcos portugueses y españoles regresaron a Europa con especias y pintadas, la gente confundió estas aves exóticas. Algunos tripulantes, al ser preguntados sobre su origen, mencionaron India (Calicut), llevando a nombres como “gallina de India”. Los turcos otomanos, que ya habían introducido la pintada en Europa, complicaron más las cosas.
Crisis de identidad aviar
Los británicos, con su estilo particular para nombrar cosas, acuñaron el término “Turkey chicken” (pavo turco). Cuando los españoles llevaron pavos americanos a Europa, la confusión alcanzó su clímax: algunos los llamaban “gallina de India”, otros “pavo turco”. Hasta Shakespeare contribuyó a este lío, refiriéndose a la pintada como “turkey” en Enrique IV.
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Consecuencias: El triunfo del pavo
Esta confusión nominal persistió hasta el siglo XVII. El pavo, más adaptable, se popularizó en Europa, mientras la pintada quedó como ave exótica. Curiosamente, en Turquía llaman al pavo Hindi (“gallina india”) y a la pintada Beç Tavuğu (“gallina belga”).
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Lo fascinante es que los nombres de la pintada (“gallina india”, “gallina turca”) terminaron asociados al pavo gracias a su popularidad europea. Mientras, la pintada adoptó nombres como “gallina perlada” (Perlhuhn en alemán).
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Conclusión
Lo que comenzó como una identificación errónea se convirtió en una confusión histórica que perdura. Ya sea “pavo”, “gallina india” o “pavo turco”, su identidad refleja exploración global, colonialismo y malentendidos culinarios. Esta historia de equívocos aviares sigue desentrañándose hoy.